Por José Manuel Ramírez
San Pablo, que dejó todo para seguir a Cristo luego de su conversión, es el ejemplo de cómo deben de ser los auténticos misioneros, dijo el Cardenal Arzobispo de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, dentro de la misa de clausura de la X Asamblea Eclesial de Pastoral que se celebró en la capilla del Seminario Menor de Guadalajara.
“Haber encontrado a Cristo, haber conocido a Cristo es lo máximo, todo lo demás es vanidad, todo lo demás es basura, todo lo demás es nada, por eso en San Pablo vemos la figura del evangelizador autentico, decidido, valiente, dispuesto, arrojado, porque tuvo la experiencia de enriquecerse con el conocimiento y con experimentar la vida de Cristo en grado de decir ya no soy yo el que vive, es Cristo Él que vive en mí, es mi riqueza”.
Pidió que una vez se reconozcan misioneros de la misericordia en el territorio que Dios a asignado (parroquia, decanato, vicaría, comisión o dimensión pastoral) “debemos de revisar, cual es nuestra riqueza y ojalá que sea la riqueza de San Pablo, que no tengamos más que presumir, más que ser discípulos que han encontrado, que han conocido y que se esfuerzan por seguir a Jesucristo, nuestro gran y único Señor”.
Pidió la intercesión de la Santísima Virgen de Zapopan para que se alcance la gracia de predicar a Cristo en la etapa territorial de la Gran Misión de la Misericordia que se vive en la Iglesia de Guadalajara.