TEUCHITLÁN RECIBE A MILES DE FAMILIARES QUE BUSCAN A SUS DESAPARECIDOS, COMO PARTE DE LA JORNADA DE ORACIÓN Y DE CONSUELO

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Por José Manuel Ramírez

Este domingo 16 de marzo, miles de personas que buscan a sus familiares desaparecidos se congregaron en el municipio de Teuchitlán, convocados por el párroco de El Señor de la Ascensión, Jaime Gustavo Navel Mora, como parte de una Jornada de Oración y de Consuelo, luego de la noticia que se ha dado a conocer sobre el hallazgo de varias fosas clandestinas que fueron encontradas en el Rancho Izaguirre, ubicado en la comunidad de La Estanzuela, en Teuchitlán, por parte de las madres buscadoras de Jalisco.

En punto de las once de la mañana, comenzó una peregrinación desde el ingreso a la población de Teuchitlán, recorriendo varias calles de la cabecera municipal hasta llegar al templo parroquial del Señor de la Ascensión, en donde se celebró la Eucaristía presidida por Monseñor Engelberto Polino Sánchez, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Guadalajara y oriundo de este municipio enclavado en la región valles de Jalisco.

En su homilía compartió un saludo de parte del Cardenal de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, a los familiares de las personas desaparecidas que se congregaron.

Aseguro que Teuchitlán es un pueblo que vive en unidad desde hace muchos años y puso como ejemplo la zona arqueológica, sus vestigios, que así lo confirman.  Refirió que el Santo Patrono de esta población, El Señor de la Ascensión, “nos enseña que hay que pasar por el mundo haciendo el bien”.

Dijo sentirse mal porque Teuchitlán es conocido por los turistas que visitan su zona arqueológica, los balnearios, la zona gastronómica y por los hijos ausentes que en las fiestas patronales llegan a rendir culto al Señor de la Ascensión, más sin embargo ahora, a Teuchitlán se le conoce en todo el mundo por este acontecimiento de dolor, refiriéndose al hallazgo de las fosas clandestinas, “que no debe repetirse en ninguna parte del mudo, me llena de tristeza y por eso no sé qué decir”.

Pidió a los fieles estar atentos a la Palabra de Dios que en este segundo domingo de cuaresma invita para experimentar en la sociedad la construcción de la paz.

Pidió a los familiares de las personas desparecidas, ver el signo de la Cruz, en donde Cristo manifiesta que viene a transformar todo por amor y en una manifestación gloriosa.

“Incluso la muerte, para los que tenemos fe, no es un castigo, no es una prueba, es una oportunidad para que se manifieste la gloria de Dios”.

“Ante esto, ante lo que el mundo vive, ante lo que el mundo propone, ante lo que muchos promueven, el Señor Jesús viene a decirnos que la dignidad de la persona es importante, Él se quiso ser humano, Él se quiso hacer hombre por nosotros para decirnos que en la persona humana está la dignidad de hijos de Dios”.

Invitó a los fieles para seguirse organizando y seguir trabajando, como se hizo en la parroquia de Teuchitlán, como se hace desde la Conferencia del Episcopado Mexicano para poder conseguir la paz en México y disminuir las tragedias como la que se vive en el pueblo de Teuchitlán.

“Hagamos cada quien lo que nos toca, para que las tinieblas de la muerte, las tinieblas del daño, las tinieblas de la destrucción se conviertan en una cruz luminosa, en una cruz llena de esperanza. Hagamos caminos de paz”.

Hizo un llamado para no cansarse de buscar a los desaparecidos ni de presionar a las autoridades “para que no tengan otros datos, para que tengan los datos que nosotros tenemos, por eso estas manifestaciones son importantes para que se visibilice y no se minimice esta situación en que vivimos”.

En la Eucaristía, concelebraron un sacerdote de la Diócesis de San Juan de los Lagos, un sacerdote de la Diócesis de Ciudad Guzmán, un sacerdote Misionero del Espíritu Santo y 6 sacerdotes de la Arquidiócesis de Guadalajara.