Por José Manuel Ramírez
Con la celebración de la Santa Misa, en donde participaron los asistentes y los agentes de pastoral que coordinaron los 21 centros de misión en la Parroquia San José Obrero de Tala, concluyó este domingo la Semana de la Familia, primera actividad en el territorio parroquial que se realiza, como parte de la Gran Misión de la Misericordia.
El Padre Raúl de Jesús Díaz Saldaña, celebró la eucaristía en el templo parroquial y en su homilía hizo una importante reflexión sobre tener una conversión hacía Dios por parte de todos los cristianos.
“Tengo vida, y mientras tenga vida en este mundo, tengo la oportunidad en la conversión”. Dijo el sacerdote.
Ante la conversión del hombre, Dios reacciona y se olvida de un castigo, como lo expresó la primera lectura de la liturgia de este domingo.
“Conclusión, cambiar, tiene sus beneficios”.
Durante la semana de la Familia se reflexionó sobre cinco temas relacionados con la redención de Dios al hombre a través de Jesucristo; para las familias, para los jóvenes y para los matrimonios, teniendo como ejemplo a la Virgen María que supo decir sí al plan propuesto por Dios, ser la Madre de Cristo.
Antes de terminar la Eucaristía pidió a los coordinadores de los centros de misión pasar adelante y les agradeció, a nombre de la Iglesia, el trabajo realizado durante esta semana que terminó y el tiempo que compartieron con las personas que atendieron el llamado y asistieron en la parroquia San José Obrero.
Durante la cuaresma, se vendrá una nueva oportunidad de salida para quienes trabajan como agentes de pastoral en esta comunidad parroquial, pues vendrán los ejercicios espirituales y, los centros de misión, podrán consolidarse en este trabajo que se realizará en la Gran Misión de la Misericordia, que ha sido convocada por el Cardenal José Francisco Robles Ortega, para la Arquidiócesis de Guadalajara.
