MEDIO SIGLO DE UNA HISTORIA QUE NO HA TERMINADO DE CONTARSE, LA L23S

Por: Redacción/ TEN/ Región

El pasado sábado se cumplieron 50 años del movimiento estudiantil denominado 23 de septiembre; y como parte de la conmemoración, los sobrevivientes organizaron un evento público en el tradicional barrio de San Andrés, al oriente de Guadalajara.

 

Hoy absorbido por la mancha urbana, pero el mismo que hace medio siglo se encontraba alejado de la capital jalisciense, barrio bravo, del que se fortaleció la Liga Comunista 23 de septiembre, era 1973.

 

Ideologías e intereses políticos que fueron manipulados, dando origen a una especie de «guerrilla», donde muchas vidas se perdieron y la sed de venganza se hacía cada vez mayor, había razones que si bien, no habían acontecido en el occidente del país, si repercutía en la ideología de miles de estudiantes en toda la nación, acontecimientos inconcebibles ocurridos años antes, en 1965 en Cd. Maderas, Chihuahua, Tlatelolco en 1968, el halconazo de 1971, tristemente llamado «Jueves de Corpus» solamente fueron algunos de muchos otros que enlutaron a miles de familias en México.

 

Pocos, hombres y mujeres de pelo cano, padeciendo los estragos del tiempo y con los recuerdos reflejados en sus ojos, arribaron la tarde del 23 de septiembre del 2023 hasta el quiosco del jardín de San Andrés, reconociéndose unos a otros y compartiendo algunas anécdotas de juventud.

Conforme fueron pasando los minutos, el quiosco y una zona del jardín, fueron utilizados para colocar mantas, lonas, pancartas y un tendido con servilletas de tela bordadas a mano, en dónde aparecía el nombre de algunos de los ahora fallecidos y otros hasta ahora, nunca encontrados.

 

El momento más importante llegó con la colocación de un anti monumento, se trató de una armazón metálica de tres metros de altura, simulando un brazo izquierdo con emblemas ideológicos comunistas y una placa colocada en uno de los cuatro lados de la base, con nombres de integrantes del movimiento; cargado y colocado por una docena de hombres, fue depositado y fijado en el piso, hacía el extremo poniente del quiosco.

 

Para la develación, la cual consistió en quitar un recubrimiento plástico, un hombre anciano de baja estatura, fue el encargado de trepar, con ayuda de otros integrantes hasta arriba para descubrir completamente la estructura.

Agrupados los septuagenarios, pasaron lista y pronunciaron sus consignas; ¡La liga vive, la lucha sigue y sigue! se escuchó en todo momento.

 

Para el integrante del Colectivo Rodolfo Reyes Crespo del rescate de la memoria histórica y de la lucha guerrillera, Antonio Orozco Michel, resulta inconcebible que para las nuevas generaciones estudiantiles no exista ni el interés de organizarse y mucho menos defender sus ideales o sus derechos, así lo explica, “en general está perdida, no hay una actitud, no hay un interés por organizarse y por luchar para cambiar el estado de las cosas, porque vivimos una situación de tragedia; donde la juventud sigue siendo el principal blanco de los crímenes, de qué otra manera le damos explicación a las desapariciones masivas de jóvenes que salen a trabajar, que salen a estudiar y no regresan a sus casas, estamos en el primer lugar a nivel nacional en desapariciones forzadas y son principalmente hombres y mujeres jóvenes las víctimas”, lamentó.

 

En torno a la presunta aplicación del sistema oficial federal respecto a políticas sociales que pretenden imponer conceptos comunistas en México, Orozco Michel se pronunció en contra de estas prácticas oficiales, “es una falsedad que el gobierno actual esté actuando con una actitud comunista, es un desconocimiento absurdo de lo que es el comunismo, eso es una mentira. Nosotros seguimos estando de acuerdo con un sistema comunista que no ha sido vivido, un proyecto ideal de una sociedad mejor, de una sociedad igualitaria, comunitaria; por eso la derecha no está a favor de ello porque quieren seguir teniendo la opresión y la explotación de las mayorías y el beneficio para unos cuantos, si hay beneficios para sectores vulnerables, pero eso no cambia las estructuras de explotación ni de marginación de la inmensa mayoría de la sociedad mexicana”.

 

Muchos nombres se han rescatado de la memoria comunitaria y se van sumando a la realidad ciega de la modernidad, las nuevas generaciones, pueden ser diferentes a la percepción de una lucha que no conocieron y que consideran suya, por creer que es sencillo portar una insignia, una camiseta o un suvenir con motivos comunistas, colores rojos y negros, alusivos a ese régimen, pero algo que caracterizó al barrio de San Andrés, fue la bravura de sus jóvenes hombres y mujeres, “Vikingos y Vikingas”, resueltos a pelear y defender sus conceptos ideológicos, sin embargo, en este marco conmemorativo, en la modernidad de la equidad y el género, esos simpatizantes suman un concepto más andrógeno entre sus filas de simpatizantes, “Vikingues”.

 

“Quedamos pocos que no nos arrepentimos de la experiencia vivida, pocos que no renegamos de los ideales y obviamente que no todos tenemos una continuidad de pensamiento, de un anhelo o un cambio verdadero en nuestro país”, explicó Antonio Orozco.

 

Solamente de este movimiento existe más de un millar de desaparecidos, y a 50 años de distancia, los familiares continúan exigiendo a las autoridades en turno, que se castigue a los culpables y que se dé una explicación sobre el paradero de esos guerrilleros.

 

Ignacio Salas Obregón, Saúl Meza Enríquez, Francisco Mercado Espinoza, Francisco Madrigal Acosta, Alicia de los Ríos Merino, Wenceslao Martínez Ochoa, Tomás Lizárraga Tirado, Carlos Ceballos Toya, María Mora, Rafaela Gervasio Barrientos, Teresa Hernández A, Margarita Marcelina A, Olivia Ledezma Flores, Elena Montoya Ortíz, Celia Martínez M, Enrique G. Pérez Mora “el Tenebras”, Salvador Juárez Martín, Efraín González Cuevas, por citar algunos de la infinidad de nombres que permanecen en la memoria de este barrio, “levantamos un monumento un derecho que tenemos como pueblo a la memoria histórica” resaltó.