Por: Redacción/ TEN/ Medio Ambiente
Debido a que los colibríes son las aves más pequeñas que existen había sido difícil implementar en ellas mecanismos de monitoreo, porque eran demasiado pesados para sus cuerpos. Ahora eso cambió, pues investigadores del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur) de la UdeG instalaron radiotransmisores solares (llamados BlūMorpho) a ejemplares que habitan en Jalisco. La tecnología fue creada por la empresa estadounidense Cellular Tracking Technologies, a petición de la doctora Sarahy Contreras Martínez.
Quien es estudiosa de estas aves, explicó que el principal interés es conocer las migraciones de especies como el colibrí zumbador canelo (Selasphorus rufus), que migra desde Alaska y permanece en Jalisco de siete a ocho meses.
“Queremos saber exactamente el tiempo que viaja, su ruta migratoria, si realmente la población de Alaska es la que llega a Jalisco y qué población estamos recibiendo. Seguirlos por radiotelemetría es sumamente avanzado por su tamaño y peso. Este es un sueño hecho realidad”, dijo Contreras Martínez.
“Los radiotransmisores son solares –añadió–, que proporcionan una vida útil sin precedentes. La tecnología viene a darnos un gran avance sobre el conocimiento de los movimientos y migraciones de los colibríes, que son muy diferentes al de otras aves. Por muchos años hemos tratado de saber más de esto. Con el anillamiento es costoso saber los movimientos que realizan”.
El nuevo radiotransmisor pesa 0.01 gramos; ya con el arnés que se le coloca al ave el peso total es de 0.1 gramos; lo que representa 3 por ciento de la masa de estas aves, como del colibrí zumbador canelo, que suelen pesar tres gramos y miden hasta seis centímetros.
La instalación de los radiotransmisores ocurrió el pasado 24 de enero en la Reserva de la Biósfera de la Sierra de Manantlán, donde habitan las 24 especies que hay en Jalisco, de las cuales, por lo pronto, se han colocado a cinco especies, pero se busca monitorear a todas.
“Estuve trabajando con los ingenieros en Estados Unidos para hacer un radiotransmisor que no pesara y se quedara en el cuerpo del colibrí. Es la primera vez que se diseña un radiotransmisor para colibríes pequeños”, informó.
Comentó que hasta la creación de dicha innovación en otras partes del mundo sólo se habían colocado rastreadores en colibríes dentro de laboratorios, no en la vida silvestre, que además se caen en pocos días. También se habían colocado rastreadores a especies más grandes, con pesos de hasta 25 gramos, no en pequeñas.
“Una de esas cinco especies que comenzamos a monitorear es el colibrí zumbador canelo, que realiza su migración más larga de acuerdo con su peso y tamaño. Los colibríes realizan procesos de los que los humanos nos beneficiamos, como lo es la polinización, que permite la producción de flores y plantas medicinales”, añadió.
En junio y julio de 2024 será el primer corte de datos; por lo pronto ya se ha registrado información sobre el movimiento de las aves en las regiones Costa Sur y Sierra de Amula de Jalisco.
El proyecto también consistió en la instalación de torres que reciben las señales de radio, para hacer el registro de los datos. Este hecho marca un hito para el avance científico, pues nunca antes se habían colocado en especies tan pequeñas puesto que el peso de los radiotransmisores impedía su vuelo.
Este equipo del proyecto lo integran, la citada Contreras Martínez y Oscar Cárdenas Hernández, académicos de la UdeG; así como los especialistas de Cellular Tracking Technologies: Michael Lanzone, líder en técnicas de radiotelemetría de fauna; David A. La Puma y Kyle Shepard, fabricante de herramientas para anillar a estas aves; con apoyo del Ejido de Ahuacapán en Autlán de Navarro.