Por José Manuel Ramírez
La Iglesia Católica comenzó hoy, miércoles de ceniza, el inició de la cuaresma, tiempo de preparación y una oportunidad de encuentro personal para después tener un encuentro con un Dios amoroso que siempre está a la espera de sus hijos, así lo dijo en la misa matutina el Padre Raúl de Jesús Díaz Saldaña, vicario parroquial de San José Obrero, en Tala.
“La cuaresma, queridos hermanos debe ser para cada uno de nosotros esta experiencia de recibirla (la ceniza), a forma de compromiso, por eso comenzamos con un signo que nos recuerda que hacemos un compromiso delante de Dios para ir en búsqueda de la conversión, triste sería poder iniciar este tiempo con este signo y olvidarnos de lo que significa el signo”.
El recibir la ceniza hoy miércoles significa, en aquél que lo hace, el compromiso personal para iniciar un proceso de conversión a ejemplo de Cristo que pasó cuarenta días en el desierto en donde experimento la ausencia y la mortificación, realidades humanas que muchas veces nos separan de Dios.
“Pero también encontró un Dios que nunca lo abandonó, un Dios que lo sostuvo, que lo preparó para empezar su misión de liberación ante el pueblo al cual ha sido enviado”.
En el tiempo de la cuaresma, la Iglesia pide a los fieles el silencio, la reflexión y la meditación en donde se pueda hacer un encuentro personal que ayude a aceptar que se necesita de una restauración por Dios, ante un mundo de ruido que no deja escuchar lo que Dios le pide al hombre, dijo el Padre Raúl.
“Por eso para el cristiano de estos tiempos que difícil ha sido tener un encuentro vivo con un Dios al que no escucha, lo ve, le cree, pero no escucha y mientras haya esa ausencia del encuentro con Cristo, hermanos, entonces también se pierde la ausencia del valor de los signos (como lo es la ceniza).
En el inicio de la cuaresma, la Iglesia recuerda la práctica del ayuno, la oración y la limosna, prácticas en las que el cristiano puede encontrar un proceso verdadero de conversión.
