Por José Manuel Ramírez
Este martes, la Parroquia de San Francisco de Asís, en Tala, celebra con júbilo los 200 años de contar con la presencia y protección de la imagen de Jesús Divino Preso. Al celebrar su fiesta se cierra también el jubileo otorgado por el Señor Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, para esta comunidad parroquial y para todos los fieles que a lo largo de un años veneraron la imagen, participaron de los sacramentos y pidieron por el Papa Francisco.
En la misa de este medio día, el Padre Rafael Barahona Herrera, adscrito a esta comunidad parroquial, invitó a los asistentes a agradecer a Dios por el don de la anhelada lluvia, misma que cayó a los primeros minutos de hoy martes sobre la cabecera municipal de Tala.
La historia de Tala en la religiosidad popular ha estado íntimamente ligada a la imagen del Divino Preso, a quien se le atribuyen innumerables milagros, entre ellos el de un buen temporal luego de los tiempos de sequía que han aquejado al campo, no sólo de este municipio sino de la región.
De acuerdo al libro Legado del Divino Preso, la devoción comenzó en el año de 1804. La imagen de madera del Divino Preso fue traída a la parroquia de San Francisco de Asís por el Padre Serafín Cárdenas en ese mismo año, pero fue hasta los primeros días de marzo del año 1822 cuando se da el permiso para el culto al Divino Preso de Tala.
La devoción al Divino Preso sigue viva hasta nuestros días, y hoy en su fiesta, se termina también el jubileo por el Bicentenario de su llegada al pueblo de Tala.
